La mujer detrás del Mole Doña María

Una empresaria pionera en San Luis Potosí, editado por Fundación Herdez, nos lleva conocer a la creadora del Mole más famoso de México

Más allá de una etiqueta y de un referente culinario para todos los que ponderan, disfrutan e incluso denostan esta versión de los moles mexicanos que ha traspasado las fronteras nacionales, Doña María es sinónimo de la historia de éxito de una empresaria de San Luis Potosí que superó las limitaciones de la época, proyectándose como una visionaria en la industria alimentaria.

En 2023 la Fundación Herdez edita el libro Una empresaria pionera en San Luis Potosí: María Pons Nicoux, escrito por María Isabel Monroy Castillo, una sucinta pero bien estructurada semblanza sobre la mujer que dio origen a esta marca, sin duda la más famosa en el mundo en términos de moles y pipianes, y el entorno familiar y social dentro del cual se fue forjando como una de las máximas emprendedoras de su época, hasta la exitosa incorporación de la marca a Grupo Herdez.

Portada del libro editado por Fundación Herdez. Fotos Cortesía Fundación Herdez

Así queda claro que Doña María no es solo una exitosa fórmula de marketing, sino más bien la imagen de una respetable dama de San Luis Potosí, nacida y criada en el conservadurismo porfiriano del siglo XIX, pero muy bien nutrida y fortalecida por el empredurismo de su ascendencia de comerciantes franceses. Todo ello, en sintonía con sus vínculos sociales y familiares, marcaron en ella el perfil para vivir, varias décadas después, el México postrevolucionario con un proyecto de vida y de empresa en el que involucró en buena medida a su familia, pero más aún a mujeres y hombres de la comunidad que serian parte de uno de los negocios más exitosos del estado en el procesamiento de alimentos.

Las cualidades culinarias de Doña María Pons, aprendidas en el seno familiar, marcaron la pauta para que ese mole preparado magistralmente en el seno del hogar se convirtiera en una joya que trascendió al panorama industrial, diversificándose además la cantidad de etiquetas y variedades que hoy hay en el mercado.

Puntual, directa, bien sazonada, esta biografía que por supuesto a testimonios y documentos de la época, así como a inventarios y legajos legales de la empresa nos da un bien trazado escenario de ese bien diseñado entorno en que avanza doña María, afín con la pax porfiriana, hasta ser una de las máximas emprendedoras de su época, anteponiendo su imagen femenina al de muchos empresarios hombres, incluyendo desde luego a su segundo esposo, Pedro Degetau, a quien queremos adivinar prudente y comprensivo en algunas fotografías de la época, ante la imagen férrea y visionaria de Doña María.

Algunas páginas se ocupan de consignar implementos, herramientas y maquinarias que componían el haber de la empresas, así como documentos notariales y fiscales que no siempre serán de acucioso interés de los lectores, aunque desde sirven para dar un mayor contexto sobre el valor y la conformación de la empresa.

Otras páginas más, quizá las más amenas para legos en el mundo de las finanzas, como uno, nos sumergen precisamente en el San Luis Potosí de los años 50, tiempo de la fundación de la empresa y la consolidación de la misma como un referente de vida y de trabajo, siendo también parte de la transformación de la pequeña urbe, matizando con otros tonos su esencia provinciana.

Aspecto de la fábrica original de Mole Doña María en San Luis Potosí

La publicación de esta obra va muy en sintonía con la reciente apertura, hace algunos meses, de la Casa Doña María Pons, en la capital potosina, por parte de la Fundación Herdez. Ubicado en la que fuera la fábrica original del Mole Doña María, este centro cultural es el epicentro de una propuesta para proyectar la riqueza gastronómica de este estado.

Vista aérea de la Casa Doña María Pons en el Barrio de Tlaxcala, en San Luis Potosí

Es por supuesto un digno reconocimiento al carácter y la vision de esta gran mujer que, como dice María Isabel Monroy Castillo, «realizó un esfuerzo extraordinario para transformar lo que creó como resultado de su cocina particular en un proceso industrializado; se empeñó en el empleo de mano de obra femenina y en mantener un buen clima laboral al interior de la empresa; puso atención en la adecuada distribución y comercialización de sus productos a largo y ancho del país y más allá de la frontera norte, en los Estados Unidos y, además, fue cuidadosa en llevar una sana administración económica en todo el proceso, de manera pertinente y audaz, a la vez que balanceada y cuidadosa, cualidades indispensables para cualquier empresa».

www.fundacionherdez.com

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